Aprovechando el anuncio del nuevo Zelda para Nintendo DS vamos a volver la vista atrás y a recordar su primera aventura en la DS.
Situado cronológicamente después de Zelda Wind Waker (lanzado en Game Cube en 2003), en esta ocasión Link tendrá que rescatar a su amiga Tetra que ha sido secuestrada por un barco fantasma, para ello contaremos con la inestimable ayuda Linebeck un lobo de mar que nos prestara su barco para surcar los mares en busca de aventuras. Será sin duda uno de los personajes destacables del juego, precisamente por su personalidad, chulesca, interesada y poco colaboradora siempre y cuando no saque beneficio propio.
Jugablemente existen dos partes bien diferenciadas, la primera de ellas será en la que pasaremos la mayor parte del tiempo, las islas, en estas la vista será cential, al más puro estilo Zelda A Link to the Past (de hecho algunos escenarios recuerdan muchisimo a este), manejaremos a link con el lápiz, como en Animal Crossing.
Para usar la espada haremos pequeños trazos en la pantalla táctil de Nintendo DS y según el trazo haremos un corte vertical o bien uno horizontal, con el ataque giratorio simplemente deberemos trazar un circulo alrededor de Link. Además si tocamos a los enemigos, se lanzara a hacer una estocada hacia ellos automáticamente facilitando mucho los combates. Los objetos del juego están muy bien implementados, por ejemplo con el boomerang, trazaremos una línea y el la seguirá. Otro de los objetos interesantes es el arco, cuando lo usemos Link se quedara quieto y donde toquemos en la pantalla hacia allí dispara la flecha.
El principal problema de este tipo de control es cuando tenemos que combinar diferentes acciones, por ejemplo cuando tengamos que usar el arco y posteriormente salir corriendo, puede llegar a hacerse poco intuitivo e incluso incomodo, porque deberemos quitar el arco y mover a nuestro personaje, con lo que en momentos de escape de enemigos el control puede llegar a dejarnos tirados.
Cuando surquemos los mares, el esquema jugable que nos encontraremos será muy parecido al de Zelda Wind Waker, sin embargo en esta ocasión todo ha sido pulido hasta el máximo detalle para que los viajes por el mar resulten menos tediosos y largos. No manejaremos el barco manualmente sino que antes de empezar trazaremos una ruta en la carta náutica que nuestra embarcación seguirá (sin necesidad de ir cambiando la dirección del viento como en Zelda WW, dado que nuestra embarcación es a motor), con lo que mientras el barco avanza, podremos lanzar bombas tocando la pantalla o bien mover la cámara arrastrando nuestro lápiz por el panel. El tamaño de los mares ha sido reducido para favorecer la jugabilidad y además ahora estarán llenos de elementos, tiendas flotantes a los cuales no tendremos que ir en su búsqueda y captura para que no se nos escapen sino que los marcamos en nuestra ruta y ellos se esperaran a que lleguemos. Por otra parte, podremos pescar y recuperar tesoros del fondo del mar, gracias a unos divertidos minijuegos protagonizados por la caña de pescar y el garfio.
Este nuevo Zelda presenta una interesante novedad en la estructura del desarrollo de la aventura, esta vez deberemos explorar una mazmorra central en la cual el tiempo estara limitado donde encontraremos cartas náuticas con las que explorar el mar y buscar objetos con los que avanzar en el juego, de modo que cada vez que terminemos un templo en cierta porción del mapa deberemos volver al templo del Rey del Mar para conseguir otro mapa y proseguir en el juego, en estas mazmorras encontraremos unos enemigos especiales que convertirán el juego en una especie de «metal gear» en el que tendremos que procurar que los soldados no nos capturen porque sino perderemos tiempo.
Una de las cosas destacadas en el desarrollo de las mazmorras es el uso del mapa superior que utilizaremos para anotaciones o para recordar el orden de pulsación de interruptores, y no es ningún detalle sin importancia dado que los mapas nos proporcionan la posibilidad de realizar puzzles realmente originales (no os los vamos a contar), cabe destacar además que los templos se desarrollan como las de los Zelda en 2D, dejando un regusto clásico muy placentero.
Heredaremos de Wind Waker la pasión por el coleccionismo, mediante diferentes objetos que nos darán poderes o bien monedas al venderlos, otros serán los mapas del tesoro que esta vez serán menos numerosos y mucho más gratificantes de conseguir dado que están mejor señalizados (solo tendremos que fijar el rumbo hacia donde estén en la carta náutica) y los conseguiremos mediante un minijuego. La búsqueda de piezas del barco nos ocupara una buena parte del tiempo, estas se presentaran en gran multitud y no solo servirán para adornar el barco sino que este mejorara sus características.
Gráficamente, el juego destaca por la estetica cell-shading, y como consecuencia de esta, un gran colorido y buen diseño de personajes y enemigos, y por los cambios atmosféricos cuando nos encontremos en el mar (aunque hay que resaltar que no hay noche en este juego), los efectos especiales (explosiones) de Zelda WW han sido adaptados de forma brillante. En cuanto a las melodías, el tema principal del juego es una mezcla de la canción del mar del juego de Game Cube, sin embargo a pesar de que ya la conocíamos no por ellos resulta de menor calidad. En general la calidad de la banda sonora es buena y sobresalen piezas como el tema de Linebeck, aunque en ocasiones se hecha de menos una mayor variedad (buena parte de las cuevas tienen la misma música y muchas islas igual). Los efectos de sonido, la mayoría reciclados, rayan a un buen nivel, aunque no representan ninguna novedad.
En definitiva, Zelda Phanthom Hourglass, es un juego que satisfará las ganas de los fans de Nintendo DS de un Zelda portátil. Repite las premisas de Wind Waker, pero las mejora eliminando todo lo que resultaba tedioso o cansino, sobre todo los viajes en el mar, que esta vez son mucho menos frustrantes. El modo de control ha demostrado que se adapta bien al juego y salvo momentos muy puntuales no nos dará ningún problema. En cuanto a los apartados artísticos cumple de sobra y su gran colorido gustara a los amantes de su predecesor. Sin embargo fuera del nuevo control, este Zelda no deja de ser otro Zelda más, sus novedades reales son pocas y los fans que esperen ver algo nuevo tendrán que seguir esperando, dado que con este juego tendremos otra vez esa sensación, cada vez más habitual en esta serie, de Deja-vu. La serie se estanca a ritmo alarmante.